La llama más caliente es violeta en el espectro de color y blanca en el espectro visible. El tipo de combustible e impurezas, además de la temperatura de la llama, contribuyen al color de la llama.
El calor del fuego depende del tipo de combustible que se está quemando y de la reacción química que se está produciendo como resultado cuando el combustible reacciona con el oxígeno. El combustible en sí mismo se convierte en un gas durante el proceso de combustión y se descompone en moléculas, iones, átomos y radicales libres más pequeños. Algunos gases que resultan de la quema incluyen
- Dióxido de carbono (CO 2 )
- Metilo (CH 3 )
- Cianuro de hidrógeno (HCN)
- Vapor de agua (H 2 0)
Una vez que se forma el gas, la combustión ocurre cuando las diversas moléculas reaccionan con el oxígeno para producir el calor y la luz conocidos como fuego. El espectro de colores ordinarios del fuego abarca el rango de relativamente frío a muy caliente, que se describe con el acrónimo ROYGBIV en relación con el espectro de colores:
- rojo
- naranja
- amarillo
- verde
- azul
- Indigo
- Violeta
El rojo se considera un fuego relativamente fresco, donde la violeta se considera muy caliente. A simple vista, la primera llama visible suele ser un rojo apagado mientras que las llamas más calientes son blancas. Las llamas rojas pueden ser de 500 a 800 grados Celsius, mientras que las llamas blancas pueden ser de 1.600 C o más. Es importante tener en cuenta que el color no siempre es un factor determinante de la temperatura, ya que ciertos productos químicos pueden quemarse más.