Júpiter tiene una superficie multicolor en tonos neutros como blanco y marrón, así como tonos de naranja y rojo. Debido a que Júpiter está hecho de gas y tiene una atmósfera espesa con nubes y tormentas, tiene un aspecto rayado, algo arremolinado, y los colores del planeta se mezclan ocasionalmente.
Además de bandas prominentes de blanco, Júpiter tiene tonos apagados de marrones, naranjas y grises. Una de las características físicas más reconocibles de Júpiter es un llamado Punto Rojo Grande, que en realidad es un enorme sistema de tormentas que persiste constantemente en la superficie del gigante gaseoso. Según la NASA, la Gran Mancha Roja es al menos el doble de grande que la Tierra.