Los renacuajos provienen de ranas recién nacidas y huevos de sapos. Los nuevos renacuajos no tienen brazos ni patas, y la mayoría no puede respirar oxígeno atmosférico. También tienen colas largas. A medida que maduran, los renacuajos desarrollan extremidades, pierden la cola y los que nacen incapaces de respirar, desarrollan pulmones y desarrollan esa capacidad.
El proceso por el cual los renacuajos se convierten en anfibios adultos se llama metamorfosis. Ocurre gradualmente e implica cambios dramáticos en cada aspecto de la rana o sapo en desarrollo.
La metamorfosis dura entre seis y 12 semanas. Comienza con el crecimiento de patas traseras largas y potentes. Los renacuajos pronto desarrollan los brazos y absorben sus colas en sus cuerpos en crecimiento. Aquellos que nacen sin pulmones los desarrollan y pierden sus branquias, llegando a la superficie de su hogar acuoso mientras aprenden a respirar aire. Este es un período crucial y estresante durante el cual muchos se ahogan porque no pueden salir del agua y no tienen un instinto natural para hacerlo.
La metamorfosis también implica cambios gastrointestinales. La mayoría de los renacuajos son herbívoros, aunque algunas especies canibalizan otros renacuajos cuando no hay suficiente vegetación. Durante la metamorfosis, el tracto digestivo se acorta y se adapta a la dieta carnívora de ranas y sapos adultos. La boca estrecha del renacuajo también se expande hasta que es tan ancha como su cabeza.
En el período inmediatamente posterior a la metamorfosis, las ranas y los sapos jóvenes aprenden las habilidades de supervivencia de los adultos. Las ranas cautivas liberadas más tarde en la vida encuentran difícil o imposible adaptarse a la naturaleza, y muchas de ellas mueren.