En About.com, Melissa Mayntz describe que las aves tienen orejas en forma de embudo que les ayudan a escuchar y enfocar el sonido. Sus orejas se encuentran ligeramente detrás y debajo de los ojos y se ocultan detrás de suaves plumas, llamadas auriculares, para su protección.
La audición es el segundo sentido más importante para las aves, explica Mayntz. La forma de la cabeza de un pájaro es uno de los factores que afectan su capacidad auditiva. Por ejemplo, los búhos tienen discos faciales que dirigen el sonido hacia sus oídos. Las aves tienen mejores habilidades de reconocimiento de sonido que los humanos, aunque su rango de frecuencia es menor. Son particularmente sensibles a los cambios de tono, tono y ritmo. Utilizan dichas variaciones para identificar otras aves individuales, incluso en medio de una bandada ruidosa. También se basan en diferentes sonidos, llamadas y canciones. Reconocen diferentes ruidos para determinar si el ruido es una advertencia de un depredador, un reclamo territorial o una oferta para compartir alimentos. Algunas aves, como las aves petroleras, utilizan la ecolocalización como lo hacen los murciélagos. Utilizan chirridos y clics rápidos para encontrar su camino a través de cuevas oscuras donde viven.
Las aves tienen un buen sentido del oído, pero tienden a escuchar las cosas de manera diferente a las personas, explica Earthlife.net. Mientras que los humanos perciben los sonidos a través del tono relativo, las aves reconocen los sonidos a través del tono absoluto. Además, reconocen el "timbre", que significa una nota fundamental mezclada con armonías.