En promedio, los lobos viven entre seis y ocho años. Algunos lobos que viven en la naturaleza viven hasta los 13 años, y en las áreas protegidas, los lobos pueden vivir durante 16 o 17 años.
La vida en la naturaleza está llena de riesgos que tienen un impacto en la longevidad de los lobos. El hambre es una de las principales causas de muerte, particularmente entre los cachorros. Los lobos están sujetos a lesiones mortales en luchas territoriales o cuando luchan con sus presas. También contraen diversas enfermedades como el moquillo, el parvovirus, la sarna y la enfermedad de Lyme, que los debilitan y con frecuencia llevan a la muerte. Los humanos son un peligro particular ya que invaden los territorios de los lobos, destruyen sus hábitats e intentan atraparlos, envenenarlos o dispararles para evitar que ataquen al ganado.