Técnicamente, los peces dorados no se vuelven blancos, pero pierden pigmentación cuando no están expuestos a suficiente luz solar natural. Las células responsables de mantener la coloración brillante de los peces dorados responden a los niveles de luz. Los peces mantenidos en interiores en ambientes oscuros se desvanecen con el tiempo debido a que sus células pigmentarias ya no reaccionan químicamente a la luz brillante.
Los peces dorados son conocidos por sus muchos tonos de color naranja brillante. Algunos peces de colores están moteados con otros colores. En su hábitat natural, están constantemente expuestos a dosis saludables de luz natural. La luz solar interactúa con la química corporal del pez dorado para resaltar su color brillante.
Colocar peces de colores de interior en una pecera, con iluminación artificial que imita los rayos del sol, les ayuda a mantener su color dorado.
