Algunas hormigas pueden sobrevivir bajo el agua por hasta 14 días. La temperatura del agua es el factor determinante más importante en el tiempo, ya que las temperaturas más bajas del agua facilitan los tiempos de supervivencia.
Las hormigas viven en casi todos los hábitats terrestres de la Tierra. En algunos casos, el hábitat de una hormiga está sujeto a inundaciones o la hormiga necesita cruzar un cuerpo de agua durante el forrajeo. Las hormigas, como muchos insectos, respiran a través de aberturas especializadas en el abdomen. Una hormiga puede cerrar estos espiráculos durante la inmersión en el agua y también puede disminuir las funciones corporales necesarias, entrando en un estado similar a un sopor. En este estado, la hormiga requiere 20 veces menos oxígeno del que necesita mientras duerme. Cuanto más baja es la temperatura del agua, más fácil es para la hormiga mantener este metabolismo más bajo y más tiempo sobrevive bajo el agua.
En algunos casos, las hormigas permiten que se forme una burbuja de aire alrededor de su abdomen, lo que les permite obtener oxígeno bajo el agua durante un corto período de tiempo. Una especie de hormiga australiana, Polyrhachis sokolova, vive en un nido en un lodo de manglar. Estos nidos se inundan frecuentemente, por hasta 3.5 horas a la vez. Para hacer frente a la inundación, los Polyrhachis construyen bolsas de aire en sus nidos, permitiendo que las hormigas permanezcan en el nido hasta que el agua se hunda.