La Tierra tiene dos cortezas llamadas continental y oceánica. En promedio, la corteza continental tiene un grosor de 25 millas y la corteza oceánica tiene un grosor de aproximadamente cuatro millas.
Las costras se dividen en 15 placas tectónicas que causan terremotos y volcanes y crean montañas a medida que se mueven. La corteza oceánica está formada por rocas más densas que la corteza continental. La diferente densidad entre las dos costras hace que la corteza oceánica se deslice por debajo de la corteza continental, que forma volcanes en un proceso llamado subducción. Durante un período de millones de años, la corteza oceánica se empuja hacia abajo lo suficiente para entrar en el manto de la Tierra, haciendo que se convierta en magma y forme una nueva corteza.