Las propiedades macroscópicas son cualidades que se pueden ver a simple vista, y algunas son relativas a las condiciones en las que se observa un material o elemento. Los tres ejemplos más básicos de propiedades macroscópicas son el color, la forma y el tamaño.
Otros ejemplos de propiedades macroscópicas incluyen textura, fase (sólido, líquido o gas), viscosidad (si existe) y densidad relativa a los alrededores (como el aceite en el agua). Las propiedades de un elemento o material tienden a cambiar, aunque sea ligeramente, a medida que cambian las condiciones. Los ejemplos de condiciones cambiantes incluyen cómo los metales tienden a brillar en rojo cuando se calientan a temperaturas extremas, cómo la viscosidad de la miel disminuye con la temperatura o cómo el volumen de H2O aumenta ligeramente cuando se congela.