Los síntomas del engrosamiento de la pared uterina, o hiperplasia endometrial, son períodos menstruales que duran más o son más intensos de lo normal, sangrado después de la menopausia y ciclos menstruales que duran menos de 21 días, según el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos.
A veces, el engrosamiento de la pared uterina es normal, explica el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos. Esto ocurre durante las primeras etapas del ciclo menstrual, cuando el estrógeno hace que el endometrio se espese en preparación para un posible embarazo. Pero si el embarazo no se produce, el útero se deshace de su revestimiento. Ocurre la menstruación, y comienza un nuevo ciclo.
Además del estrógeno, una hormona llamada progesterona es necesaria durante el ciclo menstrual, señala el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos. En la hiperplasia endometrial, el estrógeno hace que las paredes uterinas se engrosen sin progesterona, y las paredes continúan creciendo.
La hiperplastia endometrial no es cáncer, pero pone a una mujer en mayor riesgo de cáncer uterino, informa el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos. Por lo general, le sucede a las mujeres que ya se han sometido a la menopausia o que están en perimenopausia. En la menopausia, la mujer ya no ovula, pero en la perimenopausia, el momento justo antes de la menopausia, lo hace.
Los factores de riesgo para la hiperplasia endometrial incluyen ser mayor de 35 años, nunca haber estado embarazada, ser más joven de lo normal en la menarquia y mayor de lo normal en la menopausia, obesidad y antecedentes familiares de cáncer reproductivo o de colon, según el Colegio Americano de Obstetras y ginecólogos.
