Los mapaches rabiosos exhiben varios síntomas; algunos muestran comportamientos erráticos, como tambalearse, babear y hacer llamadas repetidas, mientras que otros adoptan una marcha lenta y se mueven de forma inusualmente lenta. Los mapaches, como otros animales nocturnos, desarrollan uno de los dos tipos de rabia: mudo y furioso. Los animales afectados por la rabia muda sufren de desorientación o confusión; aparecen a plena luz del día y muestran una confianza inusual alrededor de los humanos, adoptando incluso temperamentos serenos y dóciles.
Los expertos en animales identifican varios síntomas reveladores que afectan a los mapaches con ambos tipos de rabia. Desafortunadamente, los síntomas que sugieren la rabia tonta son similares a los de otras enfermedades, como la intoxicación por plomo y el moquillo, lo que dificulta el diagnóstico inmediato. Más a menudo, los mapaches desarrollan rabia furiosa. En contraste con la rabia tonta, la rabia furiosa produce un comportamiento agresivo y agitación. Los animales con rabia furiosa sufren de alucinaciones, y pueden mirar fijamente y ladrar objetos comunes o morder el aire.
Independientemente del tipo de rabia que portan, los mapaches rabiosos representan un peligro para los humanos y los animales. El virus de la rabia, que afecta al sistema nervioso central, viaja a través de las glándulas salivales. Los mapaches solo transmiten la enfermedad mordiendo personas o mascotas; La rabia no se transfiere a través del agua, aire o productos de desecho. El virus de la rabia también afecta a otras criaturas nocturnas, como coyotes, murciélagos y zorrillos, que producen los mismos síntomas que en los mapaches.