El cloruro, magnesio, sodio, sulfato, calcio, bicarbonato y potasio son los iones más abundantes en el agua de mar. Estos iones forman la mayor parte del agua de mar, mientras que el oxígeno y el agua forman la porción restante. La composición iónica del agua de mar influye en su salinidad, salinidad, temperatura y flotabilidad.
Además de determinar la salinidad y la composición del agua de mar, los iones más abundantes tienen mucho que ver con la creación de diferentes hábitats que sustentan varias formas de vida. Algunas especies de plantas y animales se adaptan mejor al agua salada del mar, mientras que otras crecen en aguas menos saladas y más oxigenadas.
Los iones de agua de mar comparten propiedades colectivas comunes que afectan el medio ambiente circundante y la biodiversidad que se encuentra allí. Estas propiedades incluyen la capacidad de disminuir el calor en las aguas circundantes y disminuir la velocidad de evaporación, disminuir el punto de congelación del agua y aumentar las presiones osmóticas al aumentar los niveles de salinidad. Los efectos de estas propiedades coligativas varían según la ubicación del agua, la época del año y la presencia o ausencia de otros productos químicos. Los océanos generalmente mantienen un equilibrio de composición física y química que se logra mediante la adición y eliminación continua de iones de los ambientes locales. Este proceso ocurre durante un largo período de tiempo, a veces toma hasta 200 años en completarse.