Los peligros de la acetona se deben principalmente a su toxicidad e inflamabilidad. Cuando se ingieren más de 200 mililitros de acetona en el cuerpo, el hígado no puede descomponerlo. La intoxicación por acetona generalmente es causada por inanición, sobreexposición química o varios tipos de enfermedades metabólicas.
Visualmente, la acetona se ve como un líquido transparente y tiene un olor similar al removedor de esmalte de uñas. Cuando la acetona pura se expone al aire, se evapora rápidamente. Como la acetona es un producto químico altamente inflamable tanto en forma líquida como gaseosa, es peligroso usarlo cerca de una fuente de llama abierta. La acetona se puede encontrar en numerosos productos para el hogar, como alcohol, esmalte de uñas y pulidor de muebles.
El cuerpo humano también produce naturalmente acetona en el proceso de descomponer la grasa. Una dieta baja en grasa generalmente conduce a un nivel más alto de acetona natural en el cuerpo. Cuando el cuerpo humano está expuesto a altos niveles de acetona, puede provocar síntomas leves y graves de envenenamiento por acetona.
La ingestión accidental o la inhalación de acetona durante cortos períodos de tiempo puede provocar irritación de los pulmones, garganta u ojos. Los niveles altos de acetona también pueden causar intoxicación, náuseas y vómitos. También se sabe que la exposición intensa a la acetona causa comas, convulsiones, daño renal y la muerte.