sirven como reflectores de la radiación solar entrante, también llamada insolación, que es la energía de radiación de onda corta que se propaga a través de la atmósfera terrestre. Sin embargo, la medida en que una nube individual refleja la insolación depende de su grosor, ya que las nubes delgadas reflejan menos insolación que las nubes gruesas.
Las nubes altas, incluyendo cirros, cirrostratos y cirrocúmulos, se encuentran por encima de los 20,000 pies. Estas nubes se componen principalmente de partículas de hielo suspendidas y tienden a ser muy delgadas. Esta delgadez permite que la mayor parte de la insolación pase a través de nubes tipo cirro sin perder mucha energía debido a la reflexión.
Las nubes medias, que incluyen altocúmulos y altrostratos, se encuentran entre 6,500 y 23,000 pies. Las nubes de altocúmulos están formadas por gotas de agua, mientras que las nubes altosestratos están formadas por gotas de hielo y agua. Las nubes de altocúmulos tienden a ser más gruesas que las nubes altoestratos, y ambos tipos de nubes tienden a ser más gruesas que las nubes de tipo cirro. Como tales, las nubes medias tienden a reflejar una mayor proporción de insolación que las nubes altas.
Las nubes bajas, que incluyen estratos, nimbostratos y cúmulos, se encuentran por debajo de 6,000 pies. Estas nubes están completamente compuestas de gotas de agua. Su grosor hace que reflejen una alta proporción de insolación que alcanza esta baja altitud.
Las nubes cumulonimbus, también llamadas nubes de tormenta, tienden a reflejar la mayor proporción de insolación. Su altitud varía desde cerca de la superficie de la Tierra hasta más de 50,000 pies.