La reproducción vegetativa da como resultado nuevas plantas que comparten características idénticas a las de la antigua planta de la que se propagaron. Este método es útil para los agricultores, que pueden cultivar nuevas plantas que tienen las mismas cualidades que las viejas.
La reproducción vegetativa reduce la variación genética que normalmente ocurre durante la reproducción sexual. Un agricultor con una planta de mango especialmente dulce podría usar la reproducción vegetativa para aislar ese rasgo y producir muchas más plantas de mango con la misma calidad de dulzura.
Las plantas silvestres como el bambú y el jengibre a menudo usan la reproducción vegetativa por sí mismas. La reproducción vegetativa en la naturaleza permite que las plantas amplíen su rango más rápido que la reproducción sexual. La reproducción vegetativa natural generalmente ocurre en climas cálidos como los trópicos. El clima tropical consistente hace más fácil que las plantas permanezcan genéticamente idénticas a través de la reproducción vegetativa, ya que las plantas no tienen que adaptarse a cambios estacionales drásticos.
Algunos cultivos alimenticios que se han reproducido vegetativamente durante largos períodos de tiempo pueden perder su capacidad para reproducirse sexualmente y variar su genética. Ejemplos de esto son las variedades de plátanos y uvas sin semillas, que ya no tienen la capacidad de producir semillas. Muchas plantas que tradicionalmente se cultivaban a partir de semillas, como el maíz, ahora se producen principalmente a través de la reproducción vegetativa.