El dióxido de carbono es un gas con una fórmula química de CO2, lo que indica que es un átomo de carbono unido por dos enlaces de oxígeno. Está hecho de la quema de madera, combustible o cualquier otra cosa que contenga carbono.
Cuando es puro, el dióxido de carbono es inodoro en bajas concentraciones e incoloro. Constituye un pequeño porcentaje de la atmósfera de la Tierra y un gran porcentaje de la atmósfera de Marte.
El dióxido de carbono es más pesado que el aire, y puede verterse de un recipiente a otro. Debido a que es incombustible, se usa ampliamente en extintores de incendios.
El dióxido de carbono juega un papel crucial en la respiración de los animales. Los animales respiran oxígeno y exhalan dióxido de carbono. Las plantas absorben dióxido de carbono y emiten oxígeno. De esta manera, las plantas y los animales se sostienen entre sí.
El gas también se produce durante la descomposición y, a veces, se puede encontrar en el fondo de pozos, cuevas y minas. Esto puede suponer un riesgo de asfixia para cualquiera que se aventure en estos lugares. El dióxido de carbono no es necesariamente tóxico, pero una gran cantidad de él en la atmósfera puede evitar que el oxígeno ingrese al cuerpo.
Cuando se pone bajo presión a temperaturas de - 5 grados Fahrenheit, el dióxido de carbono se convierte en un líquido. El dióxido de carbono también se puede congelar como hielo seco.