El tratamiento no invasivo de las espolones de la rodilla incluye compresas frías y medicamentos inyectables o antiinflamatorios, según MedicineNet. Un médico también puede sugerir terapia física y descanso para reducir el dolor asociado con el espolón, señala el Centro Médico de la Universidad de Rochester. La mayoría de los espolones óseos son asintomáticos, por lo que no requieren ningún tipo de tratamiento, explica MedicineNet.
Un paciente puede tener dificultades para extender o doblar la rodilla sin dolor si tiene espolones óseos, según la Clínica Mayo. A menudo, estos espolones óseos sintomáticos interfieren con los tendones y los huesos de la rodilla y también causan inflamación.
Cuando comienzan los síntomas, un paciente debe programar una cita con un médico para confirmar la presencia de un espolón óseo con una radiografía u otro estudio de imágenes, señala la Clínica Mayo. Según el Centro Médico de la Universidad de Rochester, el médico solo recomienda la cirugía para los espolones de la rodilla si hay un dolor significativo o si este no inhibe el movimiento.
Los espolones óseos se forman como resultado de la inflamación, y no hay forma de prevenirlos, explica MedicineNet. La tendinitis puede causar espolones óseos y, en ocasiones, los espolones óseos son el resultado de la artritis de rodilla. Los factores de riesgo para la osteoartritis incluyen la edad avanzada, el peso por encima del rango normal y las lesiones por estrés repetitivo, señala WebMD. En raras ocasiones, un espolón óseo es el resultado de condiciones congénitas, señala MedicineNet.