En "To Kill a Mockingbird", de Harper Lee, Jem Finch envejece de diez a trece años, se vuelve más valiente y capaz de defender lo que cree y de aprender a enfrentar situaciones que no puede controlar. Su brazo izquierdo también es más corto que su brazo derecho, porque se lo rompió.
Las ideas de valentía de Jem se definen más a medida que envejece. Cuando tiene diez años, valiente significa tocar el costado de la casa de Boo Radley. Pero al ver a Atticus enfrentarse a un perro rabioso, la Sra. Dubose lucha contra la adicción y Scout confrontar a una multitud en la cárcel le enseña que la verdadera valentía significa defender lo que uno cree y negarse a ceder terreno. Después de que Dill huye, Jem le dice que le diga a su madre dónde está, pero cuando Dill no lo hace, le dice a Atticus. Jem nunca se disculpa, aunque sus amigos lo evitan por un tiempo.
Molesto por la convicción del jurado de Tom Robinson por violar a una mujer blanca, Jem se opone al sistema de justicia de la ciudad, convencido de que el jurado falló. Atticus le permite despotricar, dándole el espacio que necesita para aceptar la decisión del jurado. También le pide a Scout que nunca vuelva a abrir la sala del tribunal, ya que no cree que Tom tenga la justicia que merecía. En muchos sentidos, atraviesa las etapas del dolor antes de aceptar que no puede controlarlo todo. A lo largo de la novela, protege a Scout, como cuando Bob Ewell intenta matarlos a ambos. Bob rompe el brazo izquierdo de Jem durante el ataque, dejándolo más corto que su brazo derecho.