Entre las adaptaciones de un calamar gigante se encuentran un cerebro complejo, un sistema nervioso avanzado y los ojos más grandes de cualquier animal. Sus dos largos tentáculos forrados con ventosas le permiten agarrar la presa. Atrae el agua hacia su manto y lo expulsa por la espalda como un sistema de propulsión. Su capacidad para rociar tinta oscura ayuda a frustrar a los depredadores.
Los científicos especulan que los ojos grandes del calamar gigante le permiten detectar luz bioluminiscente y tonos de luz en aguas profundas. También es capaz de detectar depredadores como el cachalote a distancia. Calamares gigantes se alimentan de peces de aguas profundas, crustáceos y otros calamares. Después de capturar su presa con sus tentáculos, lleva a la presa a su fuerte pico. Su lengua, que tiene dientes, la desgarra antes de pasar al esófago.
El sistema de propulsión del calamar es ayudado por las aletas en los lados del manto, que utiliza como timones.
Aunque los calamares gigantes habitan en todos los océanos del mundo, todavía se desconoce mucho acerca de sus hábitos y rango debido a su hábitat de aguas profundas. Todos los científicos que sabían previamente sobre las criaturas era lo que podían aprender de los especímenes traídos por los pescadores o lavados en las playas. Sin embargo, en 2004 científicos japoneses fotografiaron las primeras imágenes de un calamar gigante vivo. En 2006, un equipo del Museo Nacional de Ciencias de Japón trajo en vivo a un calamar hembra de 11 pies de largo, pero murió en el proceso de captura. En 2012, el Discovery Channel lanzó el primer video de un calamar gigante en su hábitat natural.