Las señales de un gato moribundo incluyen si se colapsa al caminar, falta de sueño, pérdida de apetito, pérdida de peso, ocultamiento, dificultad para respirar, incontinencia urinaria, pérdida de interés en todo y malestar. El gato puede vivir durante varios meses o incluso años si estos signos se identifican y monitorean con la suficiente antelación.
Cuidar a un gato moribundo ayuda a agregar más meses a su vida. Los chequeos regulares al menos cada 6 meses ayudan a detectar cualquier condición de salud subyacente. Si un gato ha sido diagnosticado previamente con cierta condición, las visitas regulares al veterinario ayudarán a controlar su condición. Las condiciones, como la insuficiencia renal, pueden reducirse con la atención adecuada.