Las llamas viven en lugares de gran altitud, como las montañas andinas, y han adaptado un alto contenido de hemoglobina en la sangre. En lugar de circular, sus glóbulos rojos tienen forma ovalada, lo que les ayuda a sobrevivir en entornos donde hay poco oxígeno.
Las llamas tienen pies únicos. En lugar de pezuñas, cada pie tiene dos enormes uñas de los pies con amplias almohadillas de cuero que les permiten navegar por una variedad de terrenos. Sus suelas suaves y coriáceas causan menos impacto ecológico. Los abrigos gruesos de las llamas los protegen del viento, la nieve y la lluvia, y también evitan las mordeduras de animales. Mientras que las llamas a menudo se escupen unas a otras como una forma de defensa personal, algunas escupen a los humanos si han sido maltratadas.