Las plantas necesitan proteínas para un crecimiento y desarrollo saludables. Una de las funciones críticas de la proteína en las plantas es regular el fototropismo y mediar la respuesta de las plantas a los ciclos de luz-oscuridad. Las proteínas también participan en las reacciones de generación de energía, la estructura intracelular y el transporte de membrana.
Las proteínas se componen de bloques de construcción más pequeños llamados aminoácidos. Las plantas requieren aproximadamente 20 aminoácidos para comenzar la síntesis de proteínas y para que se produzca el crecimiento de las plantas. A diferencia de los animales que pueden obtener aminoácidos al consumir plantas y otros organismos, las plantas dependen enormemente de los nutrientes del suelo para su suministro de proteínas.
Debido a que el nitrato es uno de los elementos principales de las proteínas, los sistemas agrícolas utilizan fertilizantes nitrogenados para reponer los nutrientes en el suelo y ayudan a las plantas a generar las proteínas necesarias. Los nitratos se convierten en aminoácidos, se sintetizan en proteínas y se almacenan en diferentes lugares de la planta. Sin embargo, solo un pequeño porcentaje de nitratos es absorbido por las plantas, y el nitrógeno restante se filtra hacia el suelo, el aire o el agua.
La deficiencia de proteínas en las plantas puede conducir a un retraso del crecimiento, que a menudo se caracteriza por hojas inferiores de color verde claro o por el amarilleo de las hojas más viejas. Una mayor deficiencia puede conducir al desarrollo de necrosis o decoloración marrón y muerte de la punta de la hoja.