La hiena tiene muchas adaptaciones que le permiten sobrevivir en las praderas, como un conjunto de poderosas mandíbulas, un sistema digestivo fuerte y sentidos agudos. Por ejemplo, la hiena usa su agudo oído para escucha otras muertes que pueda eliminar.
Una de las adaptaciones de la hiena son sus fuertes mandíbulas y dientes. Esto le permite cazar y derribar presas que son mucho más grandes que él mismo, así como pulverizar los huesos duros al comer. Los huesos son una parte importante de la dieta de la hiena, que le da muchas vitaminas y minerales. El hecho de que la hiena coma todo tipo de alimentos lleva a su sistema digestivo adaptativo. Debido a que se come todas las partes del animal, es capaz de digerir casi cualquier cosa, solo regurgitando las partes menos comestibles de los cascos y cuernos. También puede obtener nutrientes importantes de las frutas y verduras cuando la carne escasea.
La hiena tiene un abrigo de color marrón dorado con rayas, moteado o liso que le ayuda a camuflarse en la sabana. La colmena larga en la parte posterior de su cuello se mezcla con las hierbas largas de su hábitat. Cuando la hiena se siente amenazada, levanta el largo cabello en su espalda para verse más grande y más agresiva para ahuyentar a los depredadores.