Hay tres tipos de difusión que ocurren en el cuerpo humano: difusión simple, difusión por canal y difusión facilitada. Cada tipo permite que las moléculas entren y salgan de las células, lo que permite que se realicen procesos bioquímicos.
La difusión simple es un proceso pasivo que transporta moléculas pequeñas y no polares a través de la pared celular. Durante la difusión simple, una molécula hidrofóbica se mueve a través de la porción hidrofóbica de la pared celular y se envuelve en la célula. Las moléculas hidrófilas no pueden sufrir una difusión simple. Un ejemplo de difusión simple es la ósmosis, que es el movimiento pasivo del agua que entra y sale de una célula. La difusión de canales es también un proceso pasivo. Implica el movimiento de iones y partículas cargadas a través de un canal específico de proteína o poro en una pared celular. No hay límite para la cantidad de partículas que pueden viajar a través de cada canal.
La difusión facilitada implica el movimiento de moléculas con la ayuda de una proteína transportadora. Los portadores de proteínas se adhieren a la molécula que necesita ser transportada y la transporta a través de la pared celular. La molécula se mueve hacia la célula junto con la proteína transportadora. La velocidad de difusión en la difusión facilitada es, por lo tanto, dependiente del número de proteínas portadoras presentes en y alrededor de la célula.