Los síntomas de inhalación de vapores de cloro incluyen arcadas, dolor de garganta, tos, dolor de pecho y presión arterial baja, según los Institutos Nacionales de Salud. Los síntomas adicionales incluyen vómitos, irritación de la piel, coma y shock.
Los vapores de lejía pueden afectar varias partes del cuerpo, incluidos los pulmones y las vías respiratorias, la boca y la garganta, la nariz, el tórax, la piel y el estómago, según los NIH. Una afección conocida como neumonitis química también puede deberse a la inhalación de gas de cloro, que es el subproducto de la lejía de cloro, según The New York Times. Los síntomas de la neumonitis química incluyen problemas para respirar, tos, sonidos inusuales en los pulmones y ardor en el pecho. La condición puede deberse a una baja exposición al gas de cloro durante largos períodos de tiempo. Sin tratamiento, la condición puede llevar a la pérdida de la capacidad para respirar y la muerte eventual.
Un individuo que experimenta síntomas después de inhalar humos de lejía debe ser trasladado a un área con aire fresco y necesita asistencia médica inmediata, señalan los NIH. La piel o los ojos afectados por el producto químico deben enjuagarse con agua durante 15 minutos o más. El tratamiento médico para los humos de lejía inhalados incluye la inserción de un tubo de respiración, la provisión de oxígeno y el uso de una cámara insertada a través de la garganta para ver el daño a los pulmones y las vías respiratorias.