La polinización cruzada, que es cuando el polen de una planta fertiliza otra planta de la misma especie, ocurre en una gran cantidad de plantas, incluyendo maíz, sauces, pastos y olivos. Una gran el número de cultivos alimentarios es de polinización cruzada, incluidos calabazas, cebollas, brócoli y espinacas.
La polinización cruzada solo puede ocurrir entre miembros de la misma especie. Por ejemplo, es imposible crear un híbrido de un pepino y un calabacín ya que son especies separadas dentro de la misma familia. Sin embargo, sería posible cruzar un calabacín con otra calabaza, como una calabaza, ya que pertenecen a la misma especie.
Lo opuesto a la polinización cruzada es la autopolinización, en la cual una planta produce órganos masculinos y femeninos que se polinizan por sí mismos. En la naturaleza, la polinización cruzada puede ocurrir de varias maneras diferentes, pero los métodos principales son el polen que se propaga por el viento, los insectos, las aves y otros animales. Sin embargo, los humanos también cruzan las plantas polinizadas para hacer especies híbridas.
Cuando una planta es polinizada de forma cruzada, las semillas resultantes contienen características de ambos padres, pero la polinización cruzada no afecta a la fruta o verdura que se produce. La única excepción es el maíz, en el que las orejas resultantes suelen contener aspectos de ambas plantas que se polinizan de forma cruzada.