El Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo explica que las diferentes especies de plantas se adaptan al clima frío en una variedad de formas, como crecer en formas que arrojan nieve fácilmente o reteniendo hojas muertas para ayudar a aislar la planta. A diferencia de las aves y otros animales que pueden migrar para evitar el duro clima invernal, las plantas deben encontrar una manera de sobrellevar las bajas temperaturas sin salir.
Según la Universidad de California, si el agua de las células de una planta se congela, es probable que las células estallen y mueran. Para abordar este problema, el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo explica que algunas plantas poseen válvulas especializadas en sus celdas que sellan celdas congeladas individualmente, lo que ayuda a prevenir una reacción en cadena.
Las temperaturas frías son solo un problema que las plantas deben enfrentar durante la temporada de invierno. En climas fríos, el agua ambiental se congela, lo que hace imposible que las plantas la extraigan a través de sus raíces, como lo explica el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo. Para ayudar a prevenir la desecación, los árboles de hoja caduca a menudo dejan caer sus hojas en el invierno. Aquellas plantas que están adaptadas a los hábitats fríos pero que no arrojan sus hojas a menudo tienen hojas que están protegidas por una cutícula gruesa y cerosa. Esta cutícula reduce la velocidad de evaporación, lo que ayuda a prevenir la desecación.