Los principales síntomas de la falta de oxígeno incluyen cambios en la atención, movimientos descoordinados, mal juicio, ritmo cardíaco acelerado, tos, cambios en el color de la piel, falta de respuesta completa, ausencia de respuesta de las pupilas oculares a la luz y no respirar. La muerte de las células cerebrales se produce menos de 5 minutos después de que desaparece el suministro de oxígeno, lo que puede provocar un daño cerebral grave e incluso la muerte.
La privación de oxígeno es una condición también conocida como hipoxia; Ocurre cuando el cerebro ya no recibe suficiente oxígeno. Algunas de las causas de la falta de oxígeno incluyen inhalación de humo, asfixia, envenenamiento por monóxido de carbono, alturas elevadas, presión sobre la tráquea y estrangulación. La hipoxia cerebral leve tiene síntomas que no son extremadamente visibles y el cerebro puede continuar funcionando. En caso de hipoxia cerebral grave, el cerebro deja de funcionar y la persona ya no responde. La privación de oxígeno es una condición de emergencia y necesita atención inmediata. La causa de la hipoxia determina el tipo de tratamiento requerido. Esto a menudo incluye asistencia respiratoria y oxígeno, medicamentos para calmar las convulsiones y controlar la frecuencia cardíaca y el ritmo. Las posibles complicaciones incluyen la pérdida de la conciencia durante varios períodos de tiempo, lo que a veces puede llevar a un estado vegetativo prolongado, coágulos en las venas e infecciones pulmonares. Como la hipoxia suele ser inesperada, queda poco por hacer para prevenirla.