Los primeros días de una dieta de diverticulitis pueden limitarse a líquidos claros, como caldo, jugos de frutas, agua, té y café, según la Clínica Mayo. Alimentos bajos en fibra como los cocinados. Las frutas y verduras, los huevos, el pan blanco, el arroz blanco o los fideos se vuelven a agregar a la dieta gradualmente.
La diverticulitis no se puede prevenir con una dieta, pero una dieta líquida permite que el sistema digestivo tenga la oportunidad de descansar, según la Clínica Mayo. La diverticulitis es una afección en la cual los divertículos, que son pequeñas bolsas en el tracto digestivo, se infectan o inflaman. Los antibióticos a menudo se recetan junto con restricciones dietéticas para casos leves de diverticulitis. En casos graves, puede requerirse hospitalización.
Los pacientes generalmente comienzan a mejorar después de dos o tres días de comenzar el tratamiento, afirma la Clínica Mayo. Los signos de complicaciones incluyen fiebre, dolor abdominal, vómitos o líquido regurgitante. Hay pocos riesgos con una dieta de diverticulitis, pero la debilidad puede ocurrir si una dieta líquida se extiende más allá de unos pocos días. Los nutrientes de las fuentes de alimentos son esenciales, y la transición a una dieta normal debería ocurrir tan pronto como el paciente pueda tolerarlos.
A medida que los alimentos ricos en fibra se reintroducen en la dieta, los pacientes deben esforzarse por obtener entre 25 y 35 gramos de fibra por día y beber mucha agua, según WebMD. La fibra ayuda a ablandar las heces, reduciendo la presión y permitiendo que pase fácilmente a través del tracto digestivo. Los alimentos ricos en fibra incluyen granos enteros, frijoles, verduras y frutas. Un médico también puede prescribir un suplemento de fibra según sea necesario.