El Scientific American afirma que, en el Paleolítico o Edad de Piedra, las personas vivían como cazadores-recolectores. Sus dietas variaban según la geografía, la estación y la disponibilidad de alimentos. Las personas paleolíticas no cultivaban para producir alimentos, sembrar cultivos o mantener animales domesticados. Sus fuentes de alimentación consistían en: la caza de animales, la pesca, la recolección de restos dejados por animales y la recolección de plantas silvestres, nueces, bayas y semillas. Las dietas paleolíticas no contenían granos, legumbres ni productos lácteos.
Las interpretaciones modernas de la dieta del Paleolítico tienen el propósito de brindar beneficios para la salud, al replicar los tipos de alimentos disponibles para las personas del Paleolítico. Por ejemplo, una dieta paleolítica moderna no contiene cultivos de alimentos domesticados ni granos procesados, como arroz, trigo, papas, soja, maní, lentejas, frijoles o maíz. También están prohibidos los productos lácteos o cualquier forma de azúcar procesada. La mayor parte de la llamada Paleo-dieta consiste en carne, pescado, verduras, frutas, nueces y semillas.
Aunque los nutricionistas aplauden la eliminación de los alimentos procesados y el azúcar de la dieta Paleo moderna, la dieta carece de equilibrio nutricional. Contiene altos niveles de grasas saturadas por el consumo de carne y la falta de fibra de los carbohidratos complejos, como los granos enteros, según Scientific American. Los científicos también cuestionan las bases para promover una dieta paleolítica, ya que los humanos modernos han evolucionado desde la Era Paleolítica. Los animales y las plantas también han cambiado drásticamente. Por ejemplo, al domesticar a los animales lecheros, los humanos desarrollaron tolerancia a la lactosa.
