Adolf Hitler se suicidó el 30 de abril de 1945, disparándose en la cabeza en su búnker debajo de la cancillería de Berlín. Eva Braun, con quien se casó dos días antes, se suicidó con él ingiriendo cápsulas de cianuro.
El 12 de enero de 1945, el ejército ruso comenzó la ofensiva Vístula-Oder en la que marcharon constantemente hacia el este hacia Berlín, derrotando a las fuerzas alemanas en el camino. En respuesta, cuatro días después, Hitler se mudó a su búnker de comando, ubicado a 55 pies por debajo de la cancillería en Berlín. El búnker fue reforzado por un techo de concreto de 16 pies de espesor y contenía 18 habitaciones pequeñas. Hitler rara vez salía del búnker y pasaba su tiempo administrando las defensas alemanas y entreteniendo a los invitados.
En los últimos días de la guerra, la salud de Hitler declinó rápidamente. Los testigos declararon que durante su tiempo en el búnker se parecía a un anciano con temblores en las manos y las piernas. Además, la salud mental de Hitler declinó. El 22 de abril, Hitler reprendió a los hombres bajo su mando y los acusó de cobardía, traición e incompetencia.
El 28 de abril, sus oficiales le advirtieron a Hitler que los rusos tardarían un día en tomar la cancillería.
Se casó con Eva Braun y escribió su última voluntad y testamento en el que afirmó que no tenía responsabilidad en causar la guerra. En su lugar, culpó a los judíos por ello. También nombró al almirante Karl Dönitz como su sucesor.
El 30 de abril, Hitler suministró cápsulas de cianuro a su perro mascota, Blondi, y sus cachorros. Hitler y Braun se suicidaron. Los cuerpos fueron cremados en el jardín de la cancillería.
