Las adaptaciones de los monos incluyen su anatomía, comportamiento y uso de herramientas. Las adaptaciones específicas dependen de la especie. Por ejemplo, los monos capuchinos, chimpancés comunes, bonobos y orangutanes usan herramientas. Los chimpancés usan palos para sondear las termitas y sacar la miel como alimento; usan piedras para romper nueces.
Muchos tipos de monos, especialmente los del Nuevo Mundo, tienen colas prensiles. Pueden usar esta cola casi como otra mano, lo que les ayuda a trepar y encontrar comida. Algunos monos, como los capuchinos, cuelgan de sus colas mientras comen. Las manos son como ganchos, lo que les permite balancearse de rama en rama. Los monos aulladores han desarrollado cuerdas vocales grandes que les permiten a los machos anunciar su presencia, protegiendo así sus hábitats de los monos rivales. Los monos ardilla secretan un almizcle a través de su pelaje para marcar su territorio. También han desarrollado muslos cortos y poderosos que les ayudan a saltar de árbol en árbol.
Una adaptación conductual de los monos es su hábito de vivir en sociedades. Esto permite que los jóvenes y los ancianos tengan asociaciones cercanas y se cuiden entre sí. En general, todos los monos dentro de su grupo tienen un papel que ayuda al grupo a sobrevivir. Por ejemplo, los monos mayores enseñan habilidades de supervivencia a los jóvenes, asegurándose de que estén listos para manejar su entorno cuando crezcan. Trabajar en grupo también les permite evitar o intimidar a los depredadores.