El agua, el suelo, las rocas, la madera muerta y la luz son algunas de las cosas que no viven en la selva. También llamados factores abióticos, estos componentes influyen en los organismos que prosperan en el ecosistema de la selva.
Las cosas no vivas, como el agua y la luz solar, son las principales fuentes de energía en el bioma de la selva. Además de permitir que las plantas hagan la fotosíntesis, la cantidad, la intensidad y la longitud de la luz solar en la selva determinan la mayor tasa de crecimiento de los organismos. El agua es un componente abiótico esencial y todos los organismos de la selva dependen de él para sobrevivir. El suelo transporta nutrientes y retiene las plantas y los árboles. La madera muerta y las rocas sirven como ecosistemas secundarios para pequeños organismos. Cuando el árbol de la madera muerta se descompone y las rocas se rompen, se mezclan con el suelo como fertilizantes orgánicos.