Los humanos pueden sobrevivir en una selva tropical siempre que exista un acceso razonable a alimentos, agua y refugio, y se tomen las medidas adecuadas para abordar y evitar los peligros. Las selvas tropicales se encuentran típicamente a lo largo de la Zona de Convergencia Intertropical, o ITCZ, el punto de encuentro de los vientos alisios del noreste y sureste.
El calor y la humedad son una fuente importante de peligro para los humanos que intentan sobrevivir en una selva tropical. La exposición prolongada sin una hidratación y protección adecuadas u otro tipo de protección puede conducir rápidamente al agotamiento por calor, al golpe de calor y a la deshidratación. Es esencial que una fuente de agua dulce se ubique inmediatamente al llegar a la selva tropical, y que se tomen medidas para hacer que el agua recolectada sea segura para el consumo.
Las selvas tropicales albergan una serie de enfermedades tropicales diferentes y mortales, como la malaria, la fiebre amarilla, el dengue, los anquilostomas y más. Las moscas, los mosquitos y otros insectos son fuentes importantes de estas enfermedades potencialmente mortales. La prevención es clave, por lo que los humanos que planean viajar a regiones tropicales deberían recibir vacunas cuando estén disponibles y tomar medidas para repeler y matar insectos mientras se encuentran en la selva tropical.
Las selvas tropicales también albergan animales y plantas potencialmente mortales, por lo que es esencial contar con conocimientos avanzados sobre los tipos de animales y plantas que se espera encontrar en las selvas tropicales. Tener el equipo adecuado, o saber cómo construir sustitutos adecuados, puede ayudar a los humanos a sobrevivir en la selva tropical.