Los tiburones pertenecen a la familia de los peces, y se caracterizan por tener esqueletos que están hechos de cartílago en lugar de hueso, una serie de cinco a siete hendiduras branquiales ubicadas en ambos lados de su cuerpo para propósitos de respiración, múltiples filas de dientes para alimentarse que vuelven a crecer después de que se han aflojado o se han caído y la piel está compuesta por una serie de escamas. Los tiburones han resistido la prueba del tiempo; La especie ha poblado la Tierra durante más de 400 millones de años sin exhibir ningún cambio evolutivo drástico. Aunque solo hay un puñado de muertes relacionadas con los tiburones cada año, están altamente depredadas por seres humanos con más de 100 millones cazados cada año.
Los tiburones abarcan una gran área geográfica, ya que diferentes especies pueden adaptarse a diferentes entornos. Sus dietas consisten principalmente en peces, moluscos, plancton, krill, mamíferos marinos, crustáceos y otros tiburones. Detectan su presa a través de sus órganos sensoriales olfativos agudos, que pueden detectar la presencia de sangre en el agua desde kilómetros de distancia.
Los números cada vez menores en la población de tiburones han tenido graves consecuencias para todo el ecosistema.
Estudios recientes han indicado que los tiburones tienen personalidades distintas. Las diversas personalidades alientan a los tiburones a intentar diferentes estrategias de caza y supervivencia. Los tiburones sociales a menudo forman grupos conspicuos, mientras que los tiburones antisociales prefieren camuflarse por sí mismos.