Los escorpiones se alimentan principalmente de pequeños artrópodos, insectos y otros escorpiones, aunque se sabe que algunas especies grandes se aprovechan de ratones y lagartijas pequeñas. Como las arañas, los escorpiones son arácnidos carnívoros. Se alimentan de manera oportunista, lo que significa que su dieta cambia de acuerdo con lo que está disponible en un lugar determinado.
Los escorpiones son capaces de comer cantidades relativamente grandes de alimentos en una sola sesión. Esto se debe principalmente a su estilo de vida de baja actividad que requiere muy poca energía, una tasa metabólica muy baja y un órgano de almacenamiento de alimentos que es altamente efectivo. Esas mismas características también permiten a los escorpiones pasar mucho tiempo sin requerir alimentos. De hecho, algunas especies pueden incluso vivir un año entero sin comer nada. Debido a que rara vez comen, su excreción es mínima y se compone de compuestos nitrogenados insolubles.
Los escorpiones atrapan a sus presas usando sus pinzas para inyectar un veneno o aplastar a su víctima. Sus pinzas tienen pelos muy sensibles, que hacen que el escorpión ataque inmediatamente cuando se estimulan los pelos. Los escorpiones digieren su comida externamente, y solo pueden comerla en forma líquida. El escorpión excreta jugos digestivos en su presa para convertirlo en un líquido, y luego succiona la comida, dejando atrás cualquier materia sólida como la piel, una concha o un exoesqueleto.
