Los ciervos incorporan adaptaciones físicas y de comportamiento para la supervivencia. Las adaptaciones físicas están en su piel, sentidos, astas, pezuñas y estómagos. Los ciervos también exhiben adaptaciones de comportamiento en la comunicación.
Según el zoológico de Cosley, los abrigos de venado se adaptan de dos maneras. Uno, están hechos de pelos huecos, que los aísla del frío. Dos, sus abrigos cambian de color según la temporada, y los cervatillos tienen abrigos manchados, permitiendo que los ciervos se escondan en el suelo del bosque.
Los ciervos están bien adaptados para notar y enfrentar el peligro. Sus sentidos del olfato y el oído están muy desarrollados, por lo que perciben el peligro rápidamente. Sus ojos están colocados en el lado de sus cabezas para permitir una visión completa. Debido a sus piernas largas con músculos fuertes, los venados pueden viajar a velocidades de hasta 30 MPH. También pueden saltar o nadar para evitar el peligro. Los machos tienen grandes astas, que les permiten luchar contra los depredadores. Algunos venados tienen pezuñas largas y afiladas en el frente, que pueden usar como armas.
Los ciervos son rumiantes, lo que significa que tienen estómagos de cuatro cámaras. Pueden masticar sus alimentos rápidamente, almacenando los alimentos parcialmente masticados para su posterior masticación y digestión.
Los ciervos también han desarrollado adaptaciones de comunicación. Golpean sus cascos y resoplan cuando se alarman para alertar a otros ciervos del peligro. Los venados de cola blanca también levantan sus colas para revelar la mancha blanca, lo que facilita el seguimiento de los demás venados cuando huyen.