Un molinero colonial usaba instrumentos de costura como agujas, tijeras, alfileres y dedales. Otras herramientas vitales eran varios tipos de telas, planchas, papel para crear patrones de prendas de vestir, bloques de sombreros, tinas de lavandería y tablas de lavar
Esta ocupación fue una de las pocas carreras abiertas a las mujeres de la América colonial. Las jóvenes que servían como aprendices de sombrerería solían estar bien educadas según los estándares de la época, y también servían como vínculos entre la moda europea y los clientes estadounidenses. Los estilos de sombrero y falda de la década de 1700 se cambiaron varias veces al año, y un ingeniero colonial tuvo que mantenerse al día con la moda, por ejemplo, usando "bebés de moda", muñecas importadas que muestran los últimos estilos.