La principal causa social de la Revolución Francesa fue la alta densidad de población en el país. La sobrepoblación causó una tensión implacable sobre los recursos naturales en el país, y esto dio lugar a una serie de complicaciones que eventualmente causaron Ascender a la revolución.
El país se dividió en tres clases sociales con las dos clases principales que consisten en solo unos pocos miembros de la élite de la sociedad, mientras que el resto de la población se quedó fuera. El tercer estado, o el más bajo de las clases, no gozaba de ciertos privilegios y tuvo que soportar grandes cuotas feudales, por lo que decidieron buscar el cambio. La pobreza también desempeñó un papel importante en el fomento de la Revolución Francesa.