El sistema linfático realiza tres funciones principales, afirma el Instituto Nacional del Cáncer. El sistema absorbe y transporta las grasas y las vitaminas solubles en grasa, drena el exceso de líquido de los tejidos del cuerpo a la sangre y ayuda al sistema inmunológico del cuerpo al filtrar los microorganismos dañinos de la linfa.
El sistema linfático contiene órganos linfáticos, vasos linfáticos y linfáticos, señala el Instituto Nacional del Cáncer. Los órganos linfáticos están compuestos típicamente por grupos de linfocitos y otras células dispuestas dentro de una red de tejido conectivo e incluyen el timo, las amígdalas, el bazo y los ganglios linfáticos. Los linfocitos son una parte crítica de la respuesta inmunitaria del cuerpo.
El otro componente primario del sistema linfático, los vasos linfáticos, está restringido al transporte de líquidos fuera de los tejidos corporales, señala el Instituto Nacional del Cáncer. El más pequeño de estos vasos, los capilares linfáticos, tiene sus raíces en los espacios intersticiales que recogen el líquido. Las paredes de los capilares linfáticos actúan de manera similar a las válvulas, permitiendo el ingreso de fluidos y evitando que la linfa fluya hacia afuera. Estos capilares se encuentran en todo el cuerpo con la excepción de los tejidos que carecen de vasos sanguíneos, como el sistema nervioso central.
La linfa, el componente primario final del sistema linfático, tiene una composición similar al plasma sanguíneo, señala el Instituto Nacional del Cáncer. La linfa se acumula en espacios intersticiales a medida que los fluidos pasan a través de las paredes capilares. El líquido acumulado se transporta lejos de estos espacios y regresa a la sangre por los capilares linfáticos. Este proceso evita la acumulación de líquido, una condición conocida como edema, y ayuda a regular la presión arterial y el volumen.