La función de las dos válvulas semilunares del corazón, la válvula aórtica y la válvula pulmonar, es permitir que la sangre sea forzada hacia las arterias desde los ventrículos y evitar que la sangre fluya hacia atrás desde las arterias hacia la ventrículos. El cierre de estas dos válvulas crea el segundo sonido cardíaco de un latido cardíaco.
La válvula aórtica se encuentra entre el ventrículo izquierdo y la aorta. La válvula pulmonar o pulmonar está entre el ventrículo derecho y la arteria pulmonar. Cada válvula normalmente tiene tres cúspides. Se llaman válvulas semilunares porque tienen la forma de medias lunas.
La disfunción de la válvula aórtica o pulmonar puede llevar a varios tipos de enfermedades cardíacas. Por ejemplo, la estenosis es una condición que evita que la válvula aórtica o pulmonar se abra correctamente, lo que hace que el corazón bombee más y crea una acumulación de presión. Esto puede ser causado por un defecto cardíaco congénito, envejecimiento o fiebre reumática. El ejercicio puede exacerbar síntomas como presión o dolor en el pecho, mareos, cansancio, falta de aliento o corazón acelerado. Una vez que los síntomas de la estenosis se hacen evidentes, la cirugía suele ser necesaria. Otra enfermedad valvular del corazón es la regurgitación, también conocida como insuficiencia, una condición en la cual una válvula semilunar no funciona correctamente y la sangre fluye en la dirección incorrecta. La insuficiencia aórtica o pulmonar se puede tratar médica o quirúrgicamente.