Cuando se ingiere una cápsula o tableta, ésta ingresa a los líquidos; El proceso que lo descompone en partículas se llama desintegración. La disolución ocurre cuando un sólido se disuelve en los fluidos gastrointestinales, y la velocidad de disolución de un medicamento determina su biodisponibilidad o facilidad de uso a través de la absorción en el torrente sanguíneo, dice Oluwatoyin A. Odeku para Pharmainfo.net.
La solubilidad de un medicamento, o su capacidad para disolverse en líquido, determina su velocidad de disolución, pero algunos medicamentos están diseñados para ser solubles sin desintegración parcial o completa, según Odeku. Además de la solubilidad, un medicamento debe poder pasar a través de la barrera de los intestinos para estar biodisponible. Por lo tanto, tanto el grado de solubilidad como el grado de permeabilidad afectan la velocidad de disolución de una cápsula o tableta, señala Khadka et al. en un artículo en el Asian Journal of Pharmaceutical Sciences.
Debido a que la escasa solubilidad reduce la velocidad de disolución y, por lo tanto, disminuye la biodisponibilidad, se han desarrollado métodos para hacer que los medicamentos sólidos sean más solubles. Los químicos y farmacéuticos han practicado la reducción de sólidos a polvo mediante molienda, mezcla y trituración desde los inicios de su ciencia. Los métodos más avanzados de la tecnología de polvo reducen los sólidos a polvos aún más finos mediante la reducción del tamaño de partículas y otras tecnologías de partículas. Algunas de estas técnicas incluyen la liofilización, la molienda por bolas y por chorro y la homogeneización a alta presión, según Khadka et al.