La característica común de todos los lípidos es que son hidrófobos, por lo que son insolubles en solventes polares, como el agua. Sin embargo, son solubles en al menos un solvente orgánico no polar. La razón por la que los lípidos son hidrófobos es que sus moléculas tienen largas cadenas de hidrocarburos con 16 a 18 átomos de carbono.
La naturaleza hidrófoba de los lípidos influye en sus funciones en los organismos. Son componentes estructurales de las membranas celulares, hormonas esteroides, pigmentos y ceras. También actúan como moléculas de almacenamiento de energía, reguladores del metabolismo y agentes emulsionantes, según la Universidad de Calgary. Otras clases importantes de biomoléculas orgánicas, que incluyen proteínas, carbohidratos, ácidos nucleicos y aminoácidos, son más solubles en agua que en solventes orgánicos.