Debido a que el humor es tan increíblemente subjetivo y variable, puede que no sea posible identificar una sola broma como la broma más divertida del hombre y la ciencia, pero las investigaciones han demostrado que algunos elementos estructurales, como la brevedad, tienden a para ser componentes más comunes en las bromas que son más divertidas. Factores como la nacionalidad u otra identidad cultural, idioma, edad, género y nivel de educación pueden tener un efecto profundo en lo que a una persona le parece gracioso. Además, debido a que muchos chistes se basan en distintivos culturales que no es probable que se entiendan universalmente, puede ser casi imposible identificar o desarrollar un chiste que todos los humanos puedan encontrar divertido.
Aunque el humor tiende a ser subjetivo, puede haber formas de identificar lo que a una persona le puede parecer graciosa basándose en la misma demografía que hace que el humor universal sea un desafío. El investigador de humor Richard Wiseman descubrió que los estadounidenses tienden a disfrutar de las bromas que involucran agresión en forma de insultos o amenazas, mientras que los europeos tienden a disfrutar de las bromas que no están demasiado relacionadas con la realidad. A pesar de la extensa investigación de Wiseman, él mismo no ha podido identificar la broma más divertida del mundo. Su propia broma favorita incluso no logró impresionar a un escritor de NPR en 2014.