Un objetivo suele ser un objetivo a corto plazo que se rige por una línea de tiempo y es específico, mientras que un objetivo suele ser una propuesta a largo plazo que es más general. El cumplimiento de un objetivo debe resaltarse fácilmente, mientras que el logro de un objetivo es más difícil de cuantificar. Los dos términos se utilizan en relación entre sí, ya que el logro de una meta generalmente se logra al completar con éxito varios objetivos.
Un ejemplo de un objetivo es "Nuestra campaña de marketing quiere tener éxito". Esta declaración no especifica un marco de tiempo en el que se espera el éxito, ni define qué éxito hay en la mente de la persona que estableció la meta. Un ejemplo de un objetivo es: "Nuestros anuncios en el canal local deberían aumentar las ventas de nuestro producto en la ciudad en un 100 por ciento el mes próximo". Esta declaración explica la definición de éxito de una manera que es medible y limitada por el tiempo.
Los educadores a menudo diferencian los objetivos de los objetivos utilizando el acrónimo SMART, que significa probar un objetivo para ver si es específico, medible, alcanzable, realista y cronometrado. Si una declaración no logra uno o varios de estos factores, es más probable que sea un objetivo en lugar de un objetivo.