Dependiendo de la gravedad y las complicaciones relacionadas con un menisco roto, el tratamiento generalmente se basa en la terapia física y el uso de medicamentos antiinflamatorios de venta libre, como ibuprofeno y naproxeno, señala MedicineNet. Los pacientes reciben inmediatamente instrucciones para descansar, aplicar hielo a la lesión, comprimir la rodilla y elevar la pierna. Algunos pacientes pueden requerir el uso de muletas, y es común buscar la ayuda de un fisioterapeuta.
En los casos más graves, MedicineNet explica que la cirugía puede ser necesaria para reparar la lesión y reestabilizar la articulación de la rodilla. Algunos pacientes pueden requerir una operación de reemplazo articular si el cirujano no puede salvar la estructura existente de la articulación. Los pacientes mayores que sufren de una enfermedad degenerativa, como la osteoartritis, son alentados a ejercitar la articulación de la rodilla y los músculos circundantes lo mejor que puedan mientras manejan el dolor acompañante.
Los médicos a veces recomiendan una inyección de cortisona o hialuronano en el lugar de la lesión para reducir la inflamación cuando los medicamentos regulares de venta libre, el hielo y la compresión no tienen éxito en el tratamiento del dolor. Algunas personas experimentan una mejoría en sus síntomas al tomar suplementos nutricionales como la condroitina y la glucosamina, pero MedicineNet explica que aún no hay suficiente investigación médica para demostrar la eficacia de estos tratamientos.