La identidad nacional de uno se refiere al sentido de pertenencia que uno tiene a un estado o nación, o al sentido de solidaridad que se siente con un grupo en particular sin tener en cuenta el estado de ciudadanía real. Esto no es un rasgo con el que nacen las personas; más bien, las experiencias de las estaciones de vida comunes de las personas construyen su sentido de identidad nacional. Factores como el idioma, los colores nacionales, los símbolos nacionales, la historia de la nación, las conexiones de sangre, la cultura, la cocina, la música y otros factores también influyen. Si uno ve positivamente la identidad nacional, generalmente se llama "patriotismo", pero si uno ve esto negativamente, a veces se lo conoce como "chovinismo".
Cuando una nación o país sufre una amenaza militar, cultural o económica, o cuando esa nación se convierte en parte de un imperio extranjero, la identidad nacional tiende a fortalecerse. Un ejemplo de esto ocurrió en Polonia, que se dividió entre Prusia (ahora Alemania), Austria y Rusia entre 1795 y 1918. Aunque el país ya no tenía una existencia como estado independiente, la gente conservaba un fuerte sentido de identidad nacional. Otro ejemplo es el de Taiwán: la identidad taiwanesa se hizo mucho más fuerte después de la caída de la República de China al gobierno comunista, y luego se fortaleció aún más después de que la China comunista comenzó a amenazar a Taiwán con poder militar y retórica.