El resultado de la doble fertilización en las angiospermas es la fertilización de dos células en el ovario de una flor, formando semillas y frutos. Una célula de esperma fertiliza una célula de óvulo para formar un óvulo que crece hacia adentro la semilla. La segunda célula espermática se fusiona con dos núcleos polares haploides en el centro del saco embrionario de la flor para formar el tejido del endospermo dentro de la fruta.
Para fertilizar la flor, el polen se adhiere al estigma femenino, ubicado al final de la estructura reproductiva femenina de la planta o el carpelo. El grano de polen hace crecer un tubo polínico, penetrando a través del micropilo, un pequeño poro en el óvulo. El esperma pasa a través del tubo polínico para fertilizar las dos células. El primero es un cigoto diploide que forma la semilla. La segunda célula que se forma es un triploide, que se divide a través de la mitosis y forma el tejido rico en nutrientes en la fruta.
Las angiospermas son plantas con flores. Una gran mayoría de organismos del reino vegetal encajan en esta categoría. Excepto en los hábitats extremos, las angiospermas prosperan en todos los biomas terrestres y comunidades acuáticas. Las angiospermas son una importante fuente de alimento para humanos y animales debido a su producción de frutos, hojas, tallos, semillas y raíces.