A principios del siglo XX, las bobinas de Tesla proporcionaban electricidad de alta frecuencia y alto voltaje para transmisiones de radio, máquinas de rayos X, electroterapia y aceleradores de partículas tempranas. La bobina Tesla, por lo que en los tiempos modernos tienen poco valor práctico, excepto para demostraciones de alto voltaje.
Nikola Tesla, quien vivió desde 1856 hasta 1943, desarrolló la bobina de Tesla en 1891 como parte de su trabajo con corrientes alternas. A diferencia de los transformadores, que tienen bobinas primarias y secundarias alrededor de un núcleo de hierro, las bobinas de Tesla utilizan la inducción de una bobina primaria más pequeña para aumentar la tensión en la bobina secundaria, utilizando aire para aislar la bobina secundaria. Esto permite voltajes mucho más altos que un transformador convencional. Las bobinas de Tesla pueden aumentar el voltaje de entrada de 110 voltios de CA a entre 100.000 y 1.000.000 voltios de CA.
Los experimentos y demostraciones iniciales de Tesla sugirieron muchos usos para su bobina. Lo usó para crear algunos rayos X tempranos, y como las bobinas de Tesla producen energía de alta frecuencia, también transmiten ondas de radio. Esta propiedad también permite la transmisión inalámbrica de corriente alterna. Tesla, junto con otros, trabajó en bobinas cada vez más grandes con la esperanza de que pudieran resolver los numerosos problemas con dicha transmisión. Algunos experimentadores utilizaron bobinas de Tesla en los primeros aceleradores de partículas, pero los abandonaron en favor de los multiplicadores de voltaje y las soluciones electrostáticas.
A finales de la década de 1920, la bobina de Tesla había perdido popularidad como generador de alto voltaje y transmisor de ondas de radio. Permaneció como una herramienta de demostración de laboratorio hasta que los aficionados reavivaron el interés en ella a fines de los años cincuenta. Hoy en día, numerosos sitios en Internet describen cómo construir y operar bobinas Tesla.