Otto Von Bismarck logró la unificación de Alemania durante una serie de guerras en las que una fuerza militar prusiana, bajo el mando de Bismarck, pudo adquirir tierras y posteriormente aplicar nuevas leyes sobre sus pueblos. se conoció como las guerras de la unificación alemana.
Bismarck se alió con el canciller austriaco y su fuerza militar durante la primera guerra de unificación alemana. En 1862, la recién formada fuerza militar austriaco-prusiana participó con éxito en una ofensiva contra los daneses ubicados en las áreas de Schleswig y Holstein. El área era parte de la Confederación Alemana de Estados del Norte, pero fue impugnada por reclamos de autoridad daneses.
La segunda guerra de unificación alemana ocurrió en 1866, cuando Bismarck y Prusia lucharon contra su mayor rival alemán, Austria. Conocida como la Guerra Austro-Prusiana, la lucha duró solo unas pocas semanas. Aunque Bismarck y Prusia fueron victoriosos, Bismarck permitió que muchos de sus enemigos (como los aliados austriacos, Baden y Baviera) mantuvieran su independencia. Bismarck, en cambio, formó la Confederación de Alemania del Norte, que sirvió como el cuerpo político alemán más fuerte de Europa y atrajo a muchos otros estados alemanes más pequeños como aliados.
La guerra final de la unificación alemana ocurrió cuando Bismarck atrajo la lealtad de los estados alemanes occidentales al participar en la guerra franco-prusiana en 1870. Después de derrotar a los franceses y firmar un tratado de paz en el palacio de Versalles en 1871, Bismarck declaró a Berlín la capital oficial del nuevo Imperio alemán y el rey de Prusia, el Kaiser de todos los estados alemanes. Este arreglo se mantuvo hasta el final de la primera guerra mundial en 1918.
